martes, 15 de febrero de 2011

Un "Challenge"algo diferente.

- Llego a casa a las 8 de la tarde. Muy cansado. Menos mal que hoy no toca salir a correr, solo apetece una cervecita, sofá y tele, valeee…, cervecita y una papas que si no es de alcohólicos (si comes algo estás tomando un aperitivo, si únicamente bebes, eres alcohólico ;) ).


 


- Bufffff, venga va! Enciendo el ordenador, iTunes, Kind of Blue, Miles Davis, “So What,” mmm, “niiiiiice" un temazo. Subo el volumen y vamos a ver que hay en la nevera; poca cosa, una lata de cerveza muy fría, un buen trago, y un segundo de hedonísmo puro.



 


- También hay cebolla, pimiento, champiñones, y, a ver en el congelador,  si señor salmón, dos filetes, y gambitas peladas.


 


- Otro traguito de birra, picando la cebolla, finita finita, el pimiento troceado y limpio los champiñones, con un poquito de aceite de oliva y: “Flamenco Sketches”, a fuego lento, diez minutos. Mientras tanto, doro un poco el salmón por ambos lados y las gambas.


 


- Otro traguito de birra, jmmm…, añado un poco de arina al sofrito y la voy moviendo para que no se queme, uno o dos minutos, y añadimos un poco de leche (o nata y agua, en este país no he encontrado nata para cocinar!!). Removemos para que se mezcle todo bien, sin prisas, traguito…, y agregamos el salmón y las gambas, lo tapamos para que vaya cociéndose a fuego lento y en 15-20 minutos, listo.


 


- Terminando la cerveza y …


 


Disfrutar casi tanto de cocinar cómo de comerlo en la mejor de las compañías.


Sentir una gran satisfacción cuando veo como disfruta el plato que cociné.


Así hago de cocinar, además de un reto, un ritual de puro hedonismo; la música y la cerveza, el sonido de el cuchillo chocando con la tabla de madera, el olor de la cebolla y el pimiento crudos, notar como va cambiando el olor, color y la textura a medida que se va cocinando, probarlo un poquito y añadirle una pizca de sal, esperar y probar los champiñones.


 


Hacer de la cocina y cocinar un placer. Conseguir disfrutar con cualquier cosa que hagas, entregándote por completo a la tarea, dejándote llevar, y olvidándote de cualquier otra preocupación. No es fácil, pero si combinas los ingredientes y la situación, se puede hacer. Todos sabemos bajo que circunstancias somos capaces de concentrarnos y rendir al cien por cien, y si no lo sabemos, debemos sentarnos a meditar al respecto.


-       ¿En qué situaciones he rendido al 100%?


-       ¿Qué ocurría para y poder concentrarme y dejarme llevar?


-       ¿Puedo volver a preparar ese escenario y así “fluir” siempre qué quiera, o siempre qué sea necesario?


 


Un saludo y gracias por pasaros



 


 


 

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