Estados Unidos es muy diferente.
Era el mes de Marzo, casi 40 grados, una de la tarde. Hablando con un compañero de trabajo, sureño y republicano, me encontré con una conversación que aun no he conseguido digerir.
M: ¿Cómo funciona la sanidad en
tu país?¿Funciona cómo aquí?
E: No que va. Allí la sanidad es
pública y universal. Todo el mundo tiene acceso a ella.
M: ¿Cuántas compañías de salud
hay?
E: Pues no tengo ni idea, pero
la mayoría de la gente hace uso del sistema de salud público que es el
gratuito, luego hay otras compañías privadas pero ahí hay que pagar.
M: Entonces, solo hay una
compañía publica y gratuita para todo el mundo.
E: Si, también hay otras
privadas, pero no se utilizan tanto.
M: Claro esas compañías no
pueden competir con los precios de las empresas del gobierno.
E: Si, pero bueno, así se
garantiza que todo el mundo pueda tener acceso a la sanidad.
M: Bueno, tienes acceso, pero no
tienes libertad.
E: Eeeeinnnn?
M: Si, no puedes elegir entre diferentes
compañías por un mismo precio. Las compañías privadas no pueden ofrecer los
mismos servicios que ofrece la compañía del estado.
E: Si…
M: Entonces, no puedes elegir,
si quieres elegir te tienes que gastar mucho mas dinero, aquí por el mismo
precio tienes un montón de compañías diferentes y si no te gusta como te tratan
en una te vas a otra.
E: Puess… la verdad es que nunca
he tratado de cambiarme de medico.
Su cabeza funciona de manera diferente a la
mía, la diferencia no es superficial, se que podría discutir horas con el y nunca
podría llegar a un punto en común.