martes, 9 de octubre de 2012

El dilema del prisionero



El fracaso de la raza humana.


     La semana pasada tuve que ir a Miami un par de veces por las mañanas. Un recorrido que no debería costarme mas de 35-40 minutos, las dos veces, lo recorrí en 1 hora y 15 minutos. En ambas ocasiones no habían accidentes. El motivo de los atascos es porque hay algunos conductores en su afán de ir mas deprisa cambian de carril tres veces en 500 metros, aceleran para después frenar de golpe para no darle al de enfrente, cruzan los 4 carriles para coger la siguiente salida. Todos ellos en sus ganas de llegar antes consiguen llegar mas tarde y jodernos la vida el resto de conductores. Si todos esos imbéciles, entrasen a la autopista, se quedasen en el carril mas adecuado, no superasen la velocidad máxima permitida, cambiasen de carril con antelación; llegaríamos todos muchísimo antes. 
     Esa situación me recordó a el dilema del prisionero. Es un problema fundamental de la teoría de juegos. En este problema, se plantea que dos ladrones (o el delito que sea) son encerrados en celdas separadas. Ambos tienen las mismas opciones: acusar al otro o callarse (ma o menos). Si los dos acusan al otro, los dos 6 años en la trena. Si los dos callan, los dos 3 meses en la cárcel. Si uno acusa al otro y el otro calla, el acusador queda libre y el acusado le caen 10 años. La respuesta mas racional sería, la de callarse los dos, así los daños son menores. La respuesta egoísta sería buscar el beneficio propio y "que se jodan los demás", pero esta respuesta suele conducir a que nos jodan a nosotros también.
     ¿Entonces?
     Cuando daba clases, hacia una variación del dilema del prisionero con dinero y tarjetas de colores. Para empezar eran mas de dos grupos, si todos sacaban el color negro, yo les daba un euro. Si alguien sacaba rojo, los que habían sacado negro le tenían que dar un euro al que había sacado rojo. Y si todos sacaban rojo, me daban un euro (cada Grupo) a mi. Hacíamos partidas de diez rondas. La opción racional, con la que en conjunto mas beneficio en podrían sacar, y no dejar que nadie perdiese, sería que todos sacasen negro todas las veces y así, al final de la partida que cada grupo hubiese ganado diez euros. Eso nunca ocurrió. Las rondas pasaban, la confianza entre los grupos se esfumaba, los grupos se iban quedando sin dinero y el último grupo que quedaba raramente tenía mas de 5 euros. Y lo peor es que sentían ganadores aun sabiendo que podrían haber ganado 10 euros. Habían terminando con solo 5!. 
     Los atascos, se dan en todas las culturas y en todo el planeta, por lo tanto no es algo cultural. Yo creo que es algo inherente al ser humano como animal que es. Hay algo dentro de todos nosotros que nos empuja a jugar al dilema del prisionero una y otra vez sin confiar en el otro grupo, y nos sentimos ganadores si hemos perdido menos que el resto de jugadores. Es muy triste. Parece que como grupo animal-social estamos destinados a fracasar. 
     De todos modos, no son todas las personas eligen tratar de cambiarse de carril, y tratar de llegar antes fastidiando al resto (y sabiendo que están haciendo las cosas mal). No todo el mundo elige esa opción, a mi me gusta pensar que solo son unos pocos engañados (aunque probablemente no sean tan pocos). Da bastante miedo pensar que la especie humana, en sus instintos mas animales, esté programada para perder y engañarse para creer que es mejor que el resto. De todos modos y apelando al egoísmo máximo y el beneficio individual: conseguiremos los mejores resultados, la mayor cantidad de dinero y llegar antes al destino, cuando todos confiemos en el vecino, en el otro conductor. En los demás, así en general, y el el otro prisionero, así mas en particular. 

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